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Tiempo de preparación: 10 minutos, más marinado y
enfriado
Tiempo de cocción: alrededor de 15 minutos
Para 4 o 6 comensales
375 g de bistec o filete de pierna de cordero deshuesada
2 cucharadas de salsa de soja
1 cucharada de vino de arroz o jerez seco
2 dientes de ajo cortados en láminas finas
3 cucharadas de harina de maíz
300 ml más o menos de aceite de cacahuete para freír
1/2 pimiento rojo sin corazón, sin pepitas y cortado en cubitos para decorar
ACOMPAÑAMIENTO:
8 o 12 hojas de lechuga romana
4 cebollas tiernas cortadas en juliana
salsa de ciruela
Cortar el cordero en tiras de unos 5 cm de largo y 1 cm de grosor.
Mezclar la salsa de soja, el vino de arroz o jerez y el ajo en un plato no metálico.
Añadir el cordero y remover, cubrir el plato y llevar a marinar en el frigorífico durante al menos 30 minutos.
Espolvorear la harina de maíz sobre el cordero y remover para mezclar con la carne y el marinado.
Poner el cordero sin cubrir en el frigorífico durante 30 minutos más.
Calentar el aceite en un wok hasta que esté muy caliente, pero sin que llegue a humear.
Freír el cordero en cuatro turnos de 3 minutos cada uno, hasta que esté dorado y crujiente.
Retirar las piezas de cordero del wok con una espumadera y dejar secar a un lado sobre papel de cocina.
Poner el cordero en un bol y decorar con pimiento rojo.
Para servir, disponer la lechuga y las cebollas tiernas en platos separados y dejar que cada comensal se sirva a su gusto.
Rociar la salsa de ciruela sobre la lechuga; a continuación, disponer encima el cordero y las cebollas y rodearlo con
la lechuga.
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